Carballal, un ascenso desde la cuna

X.R.C. VIGO

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CEDIDA

El equipo vigués alcanza el segundo escalafón del balonmano femenino con un plantel que comenzó en alevines y que lleva 10 años jugando juntas

07 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Carballal, la entidad de referencia del balonmano formativo en Vigo, comenzó a trabajar con un grupo de 13 jugadoras hace diez años, siendo muy pequeñas y teniendo fichas eran de categoría alevín y benjamín. Brillaron en las divisiones bases con un subcampeonato estatal y fueron creciendo. De tal modo, que una década después y con tres jugadoras que se unieron al grupo, consiguieron el ascenso a la Liga Oro, la segunda categoría del balonmano femenino en España. Lo hicieron con una media de edad de 21 años.

El ascenso ni era un objetivo ni entraba en los planes, aunque el equipo apuntó maneras desde el principio. «El objetivo era luchar hasta el final de liga», comenta Chiki Castro, su entrenador. Tanto mantuvieron el pulso, que se jugaron la liga en la última jornada en Lanzarote, perdieron el partido y se fueron directas al play off de ascenso del que salieron vencedoras en Zaragoza. Y eso que cuando vio el grupo el entrenador se echó las manos a la cabeza. «Cuando conocí los rivales de la fase, me dije: ‘Uff, nos queda un poquito para esto'». Sin embargo, todo salió redondo: ganaron al anfitrión el primer día, superaron al OAR Gracia Sabadell en el segundo y sentenciaron en el tercero ante el Dos Hermanas andaluz.

«El OAR para mí era el mejor equipo, muy trabajado, con jugadoras con pasado en Francia», comenta Chiki, que el día D respondió al balonmano físico de su rival con dinamismo e intensidad. «Mis jugadoras son muy pequeñitas y muy rápidas. Por eso les dije que teníamos que tratar de ser más inteligentes y no jugar a lo que juega todo el mundo, sino hacerlas dudar. Jugamos un gran partido y provocamos muchísimas pérdidas. Su figura estaba totalmente anulada por una juvenil de primer año y la sacaron a los 8 minutos», recuerda.

En realidad, tiraron de su propio manual de supervivencia. «Nosotros somos gente pequeñita, nuestra jugadora más alta mide 1,72 y entonces, en ataque posicional buscamos atacar espacios y el juego elaborado. Corremos mucho, somos rápidas y dinámicas, y a nivel defensivo, no podemos esperar encima de la línea, sino que tenemos que ser agresivas, agobiando al rival», dice Castro, que define a la suyas como «muy buenas jugadoras».

«Un follón»

El ascenso es el premio a la continuidad con un proyecto de muy larga duración y el club jugará en la segunda categoría la próxima temporada, pero Chiki Castro reconoce que «a decir verdad, el ascenso es un follón». El Carballal fue creciendo en los últimos años y cuenta con los medios necesarios para afrontar el salto, pero en el club tienen claro que no quieren subir para recibir una goleada cada fin de semana, sino para luchar por la salvación con vistas a mantenerse para seguir con el proyecto adelante.

Al margen del aspecto económico, una de las dudas es si podrán seguir jugando en su pabellón de toda la vida. Hace tiempo que el alcalde Abel Caballero prometió una remodelación del recinto, pero los años pasan y sigue sin ejecutarse. «Yo creo que se nos quedaría pequeño el pabellón, ya por las medidas de la pista, porque las áreas están muy encima de las paredes», dice el entrenador, que intuye que desde el Concello de Vigo les invitarán a jugar en otro pabellón.

Mantener la plantilla

La inmensa mayoría de las 16 jugadoras que firmaron el ascenso continuarán la próxima temporada en la Liga Oro. «Tenemos que tratar de reforzar un poco la plantilla con jugadoras que aporten experiencia y para subir el nivel, pero la idea es seguir con las niñas, prácticamente con toda la plantilla actual». Con ellas va hasta el fin del mundo.

«Se me saltaron las lágrimas»

Castro confiesa que se le saltaron las lágrimas de emoción del ascenso cuando cogió el coche y escuchó una canción. «Decía algo de los sueños y me comenzaron a caer las lágrimas. Lo estoy empezando a asumir ahora, aún no me lo creo», comenta el entrenador, que pone en valor haber alcanzado el éxito «con la gente que lleva jugando toda la vida». Destaca la cohesión existente.