Ángel Carracelas: «Es muy posible que Cristóbal Colón fuese Pedro Madruga»

Pedro Rodríguez Villar
Pedro Rodríguez VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

El autor presentó en Gondomar el libro que escribió tras 10 años de investigación

29 abr 2024 . Actualizado a las 22:57 h.

La vida de Ángel Carracelas no se entiende sin el mar. Su padre era armador y él heredó el negocio familiar. Lleva más de treinta años trabajando al lado del Atlántico, océano que cruzó Colón y que, «aunque mucha gente no lo sepa», también navegaba Pedro Madruga. El conde de Soutomaior heredó la flota del principal armador de Galicia durante el siglo XV, Fernán Yáñez de Sotomayor. Incluso «llegó a tener una patente de corso de la corona portuguesa», explica Carracelas. Esto le permitía atacar barcos castellanos dentro de la guerra de sucesión a la corona de Castilla entre Isabel la Católica y Joana la Beltraneja. Conocer esta faceta de Pedro Madruga «nos permite dar un poco luz a la leyenda negra que acompaña al noble» y, a su vez, es otra «coincidencia más de las muchas que ligan a Colón con Madruga».

En La huella de Pedro Madruga en Cristóbal Colón, el libro que publicó tras diez años de estudio y presentó ayer en el Instituto de Estudos Miñoranos en Gondomar, Ángel Carracelas trata de aportar nuevas tesis a la teoría que defiende que el marino era gallego. Él está «totalmente convencido de que lo era» y, además, «el porcentaje de que lo fuese Pedro Madruga es alto». Para Ángel su investigación y la de otros tantos autores como Alfonso Philippot o Celso García de la Riega le ha convencido. «Son muchas coincidencias», cuenta, pero incide «en que en mi libro solo aporto datos. No quiero convencer a nadie ni hay una verdad absoluta. Que ellos juzguen lo que expongo».

Carracelas se interesó por la historia de Pedro Madruga en una visita al castillo de Soutomaior. Aquel día marco un antes y un después. Se empapó de los libros que había sobre el tema, conoció a Philippot y se perdió por horas y horas en los archivos históricos de Simancas, el Archivo General de Indias de Sevilla y también en el de la catedral de Tui. Los frutos de su investigación los ordena en tres vías. «Primero investigué sobre su muerte», cuenta. Dicen que sucedió en Alba de Tormés cuando iba a pedir perdón a los reyes Católicos por haber apoyado al bando de Joana. «Nunca apareció el cuerpo, no hubo testamento ni entierro. Muy sospechoso». Las investigaciones de Ángel ponen en duda que muriera ahí y coinciden con Philippot que el conde se entrevistó con los reyes. Allí, «puede que llegara a un acuerdo con Isabel y Fernando para adoptar el nombre que le dio su madre, natural de Poio y con apellido Colón, y esconder su identidad. A los reyes no les convenía hacer público que le daban poder a un rebelde. Cartas y documentos que encontró Carracelas coinciden con esta teoría. La segunda vía de su estudio se centró en la mujer de Madruga, Teresa de Távora, y la tercera, en sus hijos. Uno, «puede que coincidiera con Colón en su tercer viaje».

Ahora, como tantos otros, está pendiente de conocer los resultados de los estudios de ADN.