Álex Pereira, jugador del Fabril: «Ahora que me empiezan a salir las cosas recuerdo el calvario sufrido»

Iván Antelo A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN · Exclusivo suscriptores

CESAR QUIAN

«Estoy muy agradecido; el club y el míster veían que lo estaba pasando mal, pero me dieron su tranquilidad y su confianza», dice el central

04 may 2024 . Actualizado a las 16:29 h.

Álex Pereira (Sant Feliú de Llobregat, 2002) conoce las dos caras del fútbol. La amarga, la de las lesiones que le impidieron jugar la temporada pasada; y la exitosa, la que le ha llevado ser importante esta campaña en el filial. Un Fabril que mañana domingo (12.00 horas) se jugará la permanencia en Segunda Federación. Le vale con puntuar en el feudo del Oviedo Vetusta e incluso podría salvarse perdiendo, en función de otros resultados.

—Solo queda un partido para terminar la Liga.

—Pues sí. Ha sido una temporada bastante intensa, con muchas subidas y bajadas de emociones, y tenemos ganas de terminar de la mejor manera. Está en nuestras manos, dependemos de nosotros, y vamos a ir con todo a por la victoria.

—El empate también les vale.

—Nosotros vamos con la confianza y la seguridad de que tenemos que ganar, saliendo a por los tres puntos desde el principio. Hay otras situaciones que también nos dan la salvación, pero no queremos pensar en nada que no dependa de nuestro trabajo y ganar el partido.

—El rival ya está descendido.

—No nos confiamos, para nada. Ellos son un filial y tendrán ganas de mostrarse y de acabar bien una temporada que para ellos también ha sido difícil. Supongo que querrán despedirse con victoria y va a salir a ganarnos, así que tendremos que ir preparados para ello.

—En el plano personal, ha terminado la temporada como titular, siendo importante.

—Pues sí, con muy buenas sensaciones. Vengo del año pasado, que fue muy complicado para mí por el tema de las lesiones, y este he podido disfrutar de muchos minutos. Estoy contento de haber podido ayudar al equipo y ojalá todo acabe de la mejor manera.

—¿Ahora que todo le va bien le viene mucho a la cabeza todo lo vivido el año pasado?

—Sí. La anterior temporada fue de aprendizaje porque me sirvió para aprender lo que estaba haciendo mal y corregirlo para que todo me fuera mucho mejor. Ahora que me empiezan a salir las cosas recuerdo todas esas situaciones que viví el año pasado. A partir de la segunda jornada tuve una lesión fastidiada que me dejó dos meses fuera. Luego me reincorporé con el grupo, volví a jugar y me hice daño de nuevo en el partido que reaparecía... Y aún tuve alguna que otra lesión más en entrenamientos... Fue un calvario, que traté de olvidar desde que comenzó esta temporada.

—Lo de encadenar lesiones debe ser muy duro de asimilar.

—Sí, es muy fastidiado. Cuando te ves más cerca de coger el ritmo, de incorporarte, vuelves a lesionarte, tienes que parar continuamente... Eso es lo que te mata porque no te acabas de ver dentro del grupo. Eso es lo que te hace que lo pases bastante mal.

—Últimamente es Martín Ochoa el que está viviendo algo así.

—Él tuvo que operarse en diciembre, pero yo, si fuera él, tampoco me quejaría mucho porque antes de eso no le fue nada mal. Estaba siendo importante con el primer equipo, incluso haciendo gol. Después de esa primera lesión, sí que le ha costado coger más el ritmo, pero bueno, venía de estar muy muy bien.

—A pesar de esa primera temporada difícil siguió en el equipo.

—Y estoy muy agradecido. La gente del club y el propio míster veían que lo estaba pasando mal, pero en todo momento me dieron su tranquilidad y su confianza. Me hicieron ver que todavía tenía un año más de contrato y que estaban muy contentos conmigo, aunque no hubieran salido las cosas. Siempre me mostraron su confianza y eso es de agradecer, porque me dio una gran motivación para prepararme lo mejor posible y llegar en las mejores condiciones posibles para tratar de devolverles esa confianza.

—Finaliza contrato. ¿Va a continuar?

—Pues ahí... No todo depende de mí. Yo acabo y hay muchas opciones. Si el club lo decide así, supongo que me pasará una propuesta de renovación; y, si no, pues tendré que buscarme la vida en otro lado. Yo estoy muy contento aquí. Pero bueno, ahora mismo solo pienso en acabar muy bien la temporada, conseguir el objetivo, y ya se verá lo que viene.

CESAR QUIAN

«Fiché porque el Dépor siempre me cayó simpático»

Pereira está muy adaptado en el Deportivo.

—¿Cómo se le dio por el fútbol?

—Vengo de una familia futbolera y, aunque empecé en la natación, siempre me gustó. Desde pequeño solo quería que me regalaran camisetas y balones. Con cinco años, mi padre me apuntó en la escuela del Espanyol porque creía que ahí iba a aprender mucho. Y la verdad es que así fue. Se lo agradezco un montón porque realmente era un esfuerzo el que hacía. Cruzarse toda Barcelona para llevarme allí... Lo fácil habría sido llevarme andando al equipo del barrio y dejarme por ahí, pero no, él hizo ese esfuerzo y se lo agradezco porque me ayudó mucho esos dos años que estuve allí, aprendí mucho.

—Estuvo en el Gavà, el Cornellà y el Europa. Ha llegado a una categoría importante sin jugar en un grande de Barcelona.

—Es que hay mucho nivel y es muy difícil entrar en el Barcelona y en el Espanyol. Por una cosa o por otra, nunca estuve en alguna de esas canteras, pero quizás me vino bien porque me permitió tener una trayectoria ascendente. Ir de menos a más. Cada vez voy dando pasos adelante y quién sabe si podré seguir dándolos. Ese mundo, a esa edad, es muy duro mentalmente.

—¿Siempre fue central?

—Empecé de mediocentro, pero, como era de los más altos, un entrenador, en alevines, me puso ahí de defensa y ya me quedé.

—¿Cómo fichó por el Dépor?

—Yo estaba en el Sant Andreu, cedido por el Lleida, y al acabar la temporada me llamó mi representante para decirme que había salido esta opción. Y no me lo pensé dos veces. El Dépor es un club que siempre me ha gustado por la afición que tiene y Riazor. Siempre me había caído simpático. Así que dije: «Sí, sin duda»,

—Suponía salir de casa por primera vez.

—Sí. Y eso me causó un gran impacto. No es fácil irte y hacerlo a la otra punta de España. Eso fue lo más complicado, pero aquí me acogieron muy bien. Desde el primer momento estuve muy a gusto.

—Y conoció a Brais Val.

—Al principio fui a la residencia y había bastantes compañeros, pero con Brais tejí una relación especial desde el primer momento. Ya los primeros días salíamos juntos a dar una vuelta, quedábamos para comer... Y acabamos viviendo juntos.