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Pesca afirma que el nuevo control, digital, reducirá las cargas burocráticas al sector

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Ana Garcia

Escepticismo entre los profesionales ante normas «imposibles de cumplir»

26 abr 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

Faenar se seguirá haciendo con barcos del siglo XX —al menos mientras Bruselas no entienda que hacer un barco más grande no significa pescar más—, pero su actividad estará controlada con herramientas del siglo XXI. Diario de pesca electrónico, geolocalización, cámaras a bordo, dispositivos de medición de potencia, trazabilidad digital, aplicaciones móviles... Y no se librará ni la más pequeña de las chalanas gallegas allá por el 2030.

La secretaria general de Pesca, Isabel Artime, inauguró ayer la jornada organizada para explicar los cambios que traerá el nuevo reglamento de Control de la Pesca, que está llamado a «conseguir una flota adaptada a las exigencias del siglo XXI» y que, a su entender, «disminuirá las cargas burocráticas a los pescadores». Una afirmación un tanto sorprendente para el sector que debe cumplirlas y que dejó en la sesión patente su escepticismo.

Para empezar, no hay un texto consolidado y para entender qué ha cambiado, qué esta ya en vigor y cuándo lo estará hay que manejar dos documentos: el reglamento 1224/2009 —el reglamento de Control de base— y el 2842/2023 —que lo modifica y complementa—. Así que leerlo e interpretarlo ya requerirá «hincar los codos», como puso de relieve Hugo González, de la Cooperativa de Vigo, pues «no es tarea sencilla», como admitió David Poderoso, jefe de los servicios de inspección y vigilancia pesquera, que trató de guiar al público por el laberinto de puntos, artículos y disposiciones transitorias en el que tendrán que aprender a navegar patrones y armadores.

Pero es que, además, entre las novedades que trae es que desaparecen las exenciones que había para la flota de 12 a 15 metros en el registro de capturas y tendrán que anotarlas en el diario electrónico lance por lance. Y si no se pesca, anotar que no se ha pescado. Eso será a partir del 2026, pero ya a partir de julio será obligatorio apuntar todo lo que entre en el aparejo. Todo y desde el primer kilo. Por supuesto, habrá que notificar la entrada en puerto, generalmente con 4 horas de antelación, aunque Bruselas deja abierta la posibilidad de que se modifique y reduzca ese plazo para facilitar las cosas a aquellos buques que, como dijo Manuel Fernández, de la Federación Andaluza de Cofradías, trabajan a 20 minutos del puerto.

Margen de tolerancia

Las cuestiones relativas al margen de tolerancia —la diferencia que existe entre lo que se estima que se pesca y lo que realmente pesa lo que se pesca— y la nueva tipificación de las sanciones fueron cuestiones que suscitaron muchas preguntas. Y las cámaras a bordo y la medición continua de la potencia de los motores de las que más preocupación levantaron. Sobre todo porque hay muchas cuestiones abiertas al respecto. Los circuitos cerrados de televisión para controlar la obligación de desembarque inquietan porque, como han dicho muchas veces «es imposible de cumplir», y poner cámaras solo hará constatar esa imposibilidad exponiendo a una sanción económica al patrón y al armador.

Algo similar ocurre con el sistema de medición continua de la potencia del motor. Este, aclaró Francisco Fernández, subdirector general adjunto de Sostenibilidad Económica, explicó que habrá que hacer una evaluación de riesgos para conocer qué embarcaciones con motor de más de 221 kilovatios tendrán que llevarlo. Además, se desconoce todavía si, como quiere España, se instalará en buques concretos o, como plantea la Comisión, se hará por segmentos de flota. Lo que sí se sabe es que con esas características hay 382 arrastreros, por lo que ese será el número máximo de embarcaciones que tendrán que instalar un mecanismo que funcionará como una especie de tacómetro, pues medirá continuamente la potencia del barco y tendrá que quedar registrarla y guardada en el barco, pues no habrá como en el caso de la geolocalización un centro de seguimiento que lo verifique.

Fernández señaló que todavía quedan cuestiones por amarrar y desde el público le señalaron que en ese pulido tiene que participar la Dirección General de Marina Mercante, pues los armadores que encuentran caballos en el mercado se están encontrando con problemas para actualizar y legalizar motores anteriores al 2005.